Just in Time en logística: Qué es y cuáles son sus desafíos
El término “Just in time” o “Justo a tiempo” en el sector de la logística no es nuevo, pero sigue estando en primer línea de fuego como una de las mejores estrategias de gestión de muchos eCommerce.
También conocido por las siglas JIT, es una técnica utilizada en las cadenas de suministro de todo tipo de negocios y su filosofía se puede resumir así: tener la cantidad exacta de material en el lugar justo y en el momento adecuado.
Su origen proviene de Japón. Durante los años 60 y 70, muchas grandes empresas fueron desarrollando una serie de sistemas de producción innovadores que permitieran una mayor eficiencia y una menor necesidad de almacenar gran cantidad de inventario en fábrica. Dentro de todos los que se crearon, destacó sobre manera el aplicado en las plantas de fabricación de automóviles de Toyota, conocido como TPS (Toyota Production System) o Just in time.
Este proceso se basaba fundamentalmente en eliminar los stocks innecesarios, hacer más eficiente todas las fases productivas, optimizar costes y responder a los clientes mejor y más rápido.
En la década de los 80 este sistema se extendió a las fábricas occidentales, y a día de hoy, el JIT en logística persigue reducir el coste de la gestión y las pérdidas en almacenes provocadas por acciones innecesarias. De hecho, es un proceso que no se basa en ninguna predicción, sino en pedidos reales: Just in time significa disponer de los productos estrictamente necesarios, en sus cantidades justas y en el momento adecuado para completar el proceso productivo.
Las ventajas del JIT logístico: Mejor gestión, ahorro y flexibilidad
Una de las primeras consecuencias logísticas de la implantación del Just in time es la reducción del stock. Y es que es un proceso diseñado para que cada fase del sistema de producción solo aproveche la cantidad necesaria del paso anterior y entregue al siguiente también.
De este modo, no solo es más fluido el flujo, sino que además se podrán disminuir considerablemente -e incluso hasta eliminar en gran medida- las necesidades de almacenamiento.
Y es que una de las implicaciones más directas de reducir los inventarios es una menor necesidad de espacio para almacenar, pero las ventajas no se quedan ahí. Además, se reducirán mucho los productos obsoletos, y aquellos que pierden valor mientras están almacenados. También se ahorrarán horas de trabajo dedicadas a ubicar la mercancía y se notará una bajada importante en el dinero invertido en compra de materiales y productos.
Así, a grandes rasgos, podemos resumir los beneficios del Just in Time en logística en:
- Producción limitada únicamente a lo necesario, en el momento adecuado y en las cantidades precisas. Esto consigue reducir al máximo los costes.
- Relación más cercana y eficaz con los proveedores logísticos.
- Ofrece una flexibilidad esencial para las empresas, a las que dota de una mayor capacidad de reacción ante cambios imprevistos en el mercado.
- Reducción de los pasos de todas las fases productivas y, como consecuencia, impacto muy importante en los costes de compras, de financiación y de almacenaje.
A qué se enfrenta este sistema: Desafíos del Just in time en logística
La implantación de esta estrategia de trabajo requiere de una planificación, y no debe ser visto únicamente como un modelo de gestión de inventario, sino como un sistema que afecta al modelo de trabajo y a las decisiones de toda la empresa en general.
De hecho, en los procesos logísticos, JIT implica tener que acostumbrarse a que los nuevos lotes de mercancías y/o productos serán más pequeños y numerosos. Y esto conlleva otro reto: la logística debe adaptarse a ello, e incluso puede ser necesario llevar a cabo algunos reajustes en los proveedores logísticos, si es que los actuales están especializados en grandes volúmenes y no pueden adaptarse a las nuevas directrices basadas en partidas más pequeñas y frecuentes.
Lo mismo ocurre con la logística interna. También se verá afectada y necesitará reajustarse.
La integración eficaz de los proveedores con los clientes es otro de los grandes retos del Just in time. Para poder mantener el flujo productivo adecuado, es proceso conocer la cantidad de productos que necesitaremos en cada momento y asegurar que el proceso de envío sea eficiente y puntual.
Y es que las exigencias del modelo JIT llevan a las empresas hacia la mejora de procesos, y por lo tanto, es imprescindible el cumplimiento de las entregas en fecha o la estandarización y simplificación de todas las fases logísticas.
Por todo ello, estos son los retos esenciales del Just in time:
- Reajustar la relación con los proveedores logísticos, con el fin de contar con el apoyo de aquellos que sepan adecuarse a las necesidades de este sistema.
- Coordinación efectiva de proveedores con clientes, para asegurar las entregas puntuales.
- Capacidad de reacción ante los aumentos de la demanda. Puesto que el stock está limitado a lo esencial, es imprescindible contar con una respuesta efectiva ante los picos de pedidos.